lunes, 10 de enero de 2011

El eneagrama y la equinalidad.


Siempre he sido creyente de que el caballo tiene mucho que enseñarnos a las sociedades humanas, desde su forma de organización social, sus jerarquías, su convivencia, etc.
Recientemente leí un libro relacionado con el eneagrama, seguramente se quedó pensando “enea…que”. Si, es la clasificación de las personalidades en 9 tipos o números que permiten conocer a las personas de una manera muy acertada. Mientras lo leía, mi mente estaba pensando en que si conociéramos la ”personalidad” de los caballos y la pudiéramos clasificar en un tipo eneagrama, nuestra relación con ellos sería muy diferente.
Para poder hacer la clasificación de los caballos tenemos que tener en cuenta dos elementos muy importantes:
 TEMPERAMENTO: Que lo defino como la carga genética que trae cada caballo y que lo condiciona a reaccionar de una determinada manera.
CARÁCTER: Es la forma de reaccionar de un caballo ante ciertos estímulos del medio ambiente.
Si ponemos en interacción estos dos elementos llegaríamos a construir un hexagrama donde las combinaciones quedarían de la siguiente manera:
                                                    

                             
Dado que solo tenemos dos cuartillas para el presente articulo, describiré solamente algunas combinaciones. Un temperamento fuerte con un buen carácter nos arroja un caballo que debería de ser trabajado por un profesional por el potencial que tiene su buena disposición, de no ser trabajado por un profesional, este caballo sería fácil de entrenar por su buen carácter y deseo de hacer las cosas.
Si por el contrario, tenemos un temperamento fuerte con un mal carácter, estaríamos frente a un caballo con dinamita pura y que no debería estar en manos de cualquier persona. Pudiera ser un caballo muy difícil y peligroso.
El explorar cada una de las posibilidades nos permitirá definir que tipo de caballo tenemos enfrente  y en función de esto podemos saber como tratarlo.
De la misma manera que definimos el término “personalidad” para los humanos pudiéramos definirlo para los caballos, mi propuesta sería “equinalidad”. 
EQUINALIDAD: es el conjunto de rasgos distintivos de cada caballo, que fueron adquiridos a lo largo de su vida. En los humanos la personalidad queda definida antes de los 9 años, mientras que en los caballos antes de los tres. Sin embargo, creo que es mucho más moldeable en los equinos que en los humanos
Como elementos importantes adicionales en la “equinalidad” tenemos la dominancia y la inseguridad, que harán muy distintivo a un caballo de otro. La dominancia tendrá que ser tratada con sesiones de liderazgo y respeto, mientras que la inseguridad con dinámicas de confianza.
Si ya pudieron definir su tipo de caballo, lo más importante esta por venir, ya que no todas las personalidades humanas embonan con las de los caballos y por lo tanto, muchas veces escuchamos de caballos problemáticos. De esta manera podemos concluir que primero tenemos que conocernos suficientemente bien para luego saber que tipo de caballo es el que tenemos que buscar y que mejor nos acomode.
Una persona de temperamento fuerte con un caballo con temperamento fuerte también, será todo un espectáculo verlos trabajar. Lo mas importante para poder disfrutar de tu caballo es poder generar un equilibrio de manera que se construya una relación complementaria y de entendimiento mutuo, tal y como lo hacemos cuando seleccionamos nuestra pareja.
Deseo sinceramente no haberlos confundido con todos estos términos que en lo personal me ha costado entender y reflexionar, pero que me han ayudado mucho a poder conocer mejor a los caballos.
¡Hasta la próxima!

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